Dos acontecimientos importantes y alentadores - uno del
gobierno mexicano y el otro en el ámbito internacional-tuvieron lugar ayer en
Baja California, alentando a la diversa coalición que trabaja para proteger al
Parque Nacional Marino Cabo Pulmo de una propuesta a gran escala de bienes
raíces y de proyectos turísticos en sus alrededores- es decir, el extenso
proyecto de Cabo Cortés.
En primer lugar, la autoridad ambiental mexicana anunció que
no otorgaría más permisos a Cabo Cortés hasta el año 2013, cuando más datos
puedan ser recopilados, especialmente sobre las corrientes marinas a lo largo
de la región de Cabo del Este del Golfo de California. El Secretario de Medio
Ambiente, Juan Elvira Quesada, dijo que aunque los componentes del terreno del
plano de Cabo Cortés están autorizados (hoteles, electricidad, vías de acceso),
los componentes marinos (puerto deportivo, planta de desalinización) no lo
están: "es como autorizar un estadio de fútbol sin un
estacionamiento." Esta medida indica que el gobierno está tomando en serio
a la evaluación de los aspectos ambientales del proyecto.
En segundo lugar, la UNESCO, Ramsar y representantes de la
UICN se reunieron con científicos y con grupos de ONGs que trabajan para
proteger a Cabo Pulmo durante su misión de cuatro días para investigar las
posibles amenazas. Los aspectos jurídicos, económicos, ambientales y sociales
que nosotras las ONGs presentamos fueron diversas, técnicas y complejas, pero
el mensaje subyacente fue claro: Cabo Cortés podría devastar la saludable vida
marina en Cabo Pulmo, así como las comunidades locales.
Una lista con todos los argumentos en contra de Cabo Cortés
tomaría páginas enteras, así que aquí hay un resumen de las principales razones
que las ONGs presentamos ayer de por qué Cabo Cortés - y otros proyectos
similares - no debe ser aprobada (nota: esto no incluye los problemas
planteados por los científicos en su reunión con la misión):
Hay serios problemas legales con la aprobación parcial de
Cabo Cortés recibida a principios de 2011, que incluye: el carácter
fragmentario de la aprobación, en el que algunos componentes fueron aprobados y
otros no lo cual no está permitido bajo la ley mexicana; la aprobación permite
la construcción cerca de las dunas de arena, lo cual está expresamente
prohibido en el plan de Ordenamiento Ecológico de los Cabos; la autoridad
arbitrariamente decidió no aplicar políticas específicas en el caso de Cabo
Cortés que se han utilizado como razones para detener otros proyectos; se
enfrentan a la falta de información crítica, la autoridad debería haber
aplicado el Principio de Precaución, pero no lo hizo en este caso; no hubo una
evaluación de los efectos sobre el acuífero de Santiago del cual Cabo Cortés,
obtendría grandes cantidades de agua (más sobre este tema adelante); y no toman
en cuenta la capacidad de carga del Parque Nacional Cabo Pulmo, el cual
determinaría el incremento de nueva actividad y el número de nuevos visitantes
que el parque pueda manejar sin ser afectado negativamente.
Cabo Cortés efectivamente se convertiría en una nueva ciudad
al norte de Cabo Pulmo, con toda la infraestructura necesaria y servicios
públicos. Esto incluiría 2 millones de pies cuadrados de espacio comercial y de
oficinas, un puerto de jets, por lo menos dos campos de golf de 27 hoyos cada
uno y una afluencia de 100.000 nuevos habitantes (y probablemente más), además
de los nuevos hoteles, una marina con 490 rampas, y turistas. Sin embargo, no
fue evaluada como tal. En cambio, Cabo Cortés se evaluó componente por
componente, sin ningún tipo de enfoque integrado que tenga en cuenta los
impactos acumulativos e interconectados de todos los componentes juntos -
incluyendo los impactos sociales en las comunidades cercanas.
Cabo Cortés obtendría alrededor del 35 por ciento de su
suministro de agua potable del acuífero de Santiago, el cual es el único
acuífero en el área que todavía no está sobreexplotado. El análisis más
reciente del acuífero (2009) muestra que contiene alrededor de 4,8 millones de
metros cúbicos anuales disponibles para concesión. La empresa tiene concesiones
para cerca de 4,5 millones de metros cúbicos al año - una enorme porción de
agua del acuífero concesionada para un solo proyecto. Vale recalcar, que no
existía un registro de las concesiones que fueran otorgadas de 2002-2009, por
lo que los datos utilizados para evaluar la disponibilidad de agua del acuífero
de Santiago, en realidad se remontan al año 2002, por lo que en realidad nadie
sabe qué cantidad de agua realmente está disponible y segura para su consumo.
La ciudad de Cabo Pulmo, que obtiene este recurso del acuífero de Cabo Pulmo,
ya está enfrentando una grave escasez de agua.
El resto del suministro de agua para Cabo Cortés vendría de
una planta de desalinización, que todavía no está aprobada porque la empresa
debe presentar una evaluación de impacto ambiental para esta planta (parte del
"estacionamiento" de la Secretaría). Sin embargo, la gran cantidad de
agua que la planta podría generar- un 65 por ciento del suministro de agua
potable para todo el complejo-crearía también una cantidad extraordinaria de
agua híper salina o salmuera, que se vuelve a inyectar en el mar. Las
corrientes llevarían esta salmuera al interior de las fronteras del Parque
Nacional Cabo Pulmo, donde impactaría a los corales sensibles que forman la
base del ecosistema de este lugar.
Cabo Cortés no traería buenos empleos o beneficios
económicos a las comunidades necesariamente. De hecho, en la historia de la
zona turística cerca de Los Cabos, la ocupación hotelera apenas ha superado el
60 por ciento, y un estudio reciente realizado por Expedia.com muestra que el
85 por ciento de los turistas no regresan a la zona. Por lo tanto Cabo Cortés,
que sería menos accesible que Los Cabos y destruiría los mismos recursos
naturales por los cuales las personas viajan para ver-Cabo Pulmo-no es un proyecto
seguro para la inversión financiera o levantamiento de la economía, sobre todo
después de que la construcción y los puestos de trabajo temporales terminen.
Un mensaje muy positivo de la reunión de ayer fue el que las
organizaciones no gubernamentales y la comunidad no se oponen completamente al
desarrollo de la Región Oriental del Cabo. Es el tamaño y la ubicación de Cabo
Cortés que lo hace fundamentalmente insostenible e incompatible con un Cabo
Pulmo saludable. Los grupos locales con sede en La Paz y en la ciudad de Cabo
Pulmo, de hecho, ya están trabajando en un plan de desarrollo a largo plazo que
examina los tipos de trabajo, construcción, infraestructura y actividades
económicas que quieren ver llegar a su comunidad para el mejor futuro posible.
La UNESCO, Ramsar y representantes de la UICN escucharán más acerca de este
plan cuando se reúnan con las comunidades el día de hoy, mientras continúa su
misión.
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